Mi experiencia con el vegetarianismo

Mi experiencia con el vegetarianismo

Este texto es dedicado a mi abuelo Antonio, mi abuelo materno, él ha sido la causa de este cambio en mi estilo de mi vida. Y aquí vamos con toda la historia cómo se los prometí hace bastante tiempo.

Mi abuelo Antonio nació con el don de la ayuda desinteresada. Se haría interminable si les contara las anécdotas de cómo contribuye con la gente solamente con la intención de eso, ayudar. Es tan genuino, que de vez en cuando llamaba a casa de mis abuelos y me contestaba alguna persona que no había tenido nada que comer ese día y a quién mi abuelo había invitado a comer a su casa.

Comienzo desde ahí porque luego la historia no se lee tan bonita, pues mi abuelo creció en el campo, y estaba acostumbrado a cazar y a preparar por el mismo la comida que iba a ir a su paladar. Años después conoció a mi abuela, se mudaron a la ciudad, y ustedes ya saben que pasó. ¡De pronto entre sus nietas más pequeñas me encontraba yo!

Recuerdo que en mi niñez solía tener animales (pollos, conejos, tortugas, etc.), los cuáles desaparecían constantemente, y a lo que mi abuelo respondía que estaban en la sopa o en la comida que me iba a comer. No recuerdo exactamente si esta respuesta la tuve varias veces, pero de lo que si tengo memoria es que un día supongo que ya con la conciencia y la edad suficiente, esa respuesta me hizo cuestionarme que mi pollito Manuel, era mi sopa de pollito Manuel. Y aquí comenzó todo, desde pequeña y gracias a mi abuelo Antonio. Verán que mi admiración por mi abuelo es infinita y el amor que le tengo me hace lagrimear mientras intento describirlo. Estoy segura que si su crianza hubiese sido distinta, su amor y compasión llegaría hacia todos los seres. Y lo acepto y le agradezco por todo.

Comencé a ser vegetariana queridos amigos intencionalmente desde los 13 años. En aquel entonces mi mamá me hacía conversar con doctores para que me explicaran la importancia de comer carne y yo no encontraba a una sola persona en el área de salud que me apoyara, o que les explicara a mis padres que podía ser y existir siendo vegetariana. Llegó un momento en que mi mamá dejó de “consentirme el capricho” comencé a comer mal, sacaba las carnes de mis comidas y no sabía alimentarme. Me comencé a enfermar y una vez más la frase: tienes que comer carne llegó a mi vida.

Unos años después, a los 17 años cocinaba, era más independiente y comencé a investigar y a ver por mi alimentación. Decidí ahora si volverme vegetariana 100% y por fin mis padres entendieron que no era un capricho, sino una decisión. Todos tenemos una vocecita interna que susurra, a mi particularmente me habla bastante fuerte y siempre me detengo a escucharla, dejo que me alcance y nos ponemos de acuerdo. Creo que esto me pasó con el vegetarianismo.

Vivimos a lo automático, haciendo las cosas simplemente porque si, porque así las hace todo el mundo o porque tenemos años haciendo las cosas de esa manera y el cambio nos asusta, nos paraliza y preferimos evitar lo desconocido. Desde hace muchos años que seguir a la multitud y hacer las cosas sin cuestionarme el por qué, no es lo que me susurra mi voz interna, mi guía. En esa mirada hacia el otro lado dónde no van muchos, es dónde he conseguido lo que busco.

Por mucho tiempo la respuesta a mi intención de ser vegetariana fue: ¡tienes que comer carne!, Años después la respuesta al ser vegetariana se convirtió en: ¿Y entonces qué comes?, ¿Aire? Actualmente las respuestas y comentarios que recibo son: Yo también quiero ser vegetarian@, ¿cómo haces?

Desde hace 10 años que no cómo ningún tipo de animal y mi cuerpo y mi mente lo agradecen. Puedo decirles que es un camino saludable asegurado en todos los aspectos, no solamente en el aspecto alimenticio, sino a nivel energético y mental. Aprovecho para decirles que no consumo ningún tipo de proteína comercial, y procuro consumir los aminoácidos esenciales a través de mi alimentación. Hoy esta decisión la sostengo por amor y respeto hacia todos los seres y por colaboración con el medio ambiente. Sin embargo, somos distintos, es una decisión personal y es importante que acudas a un nutriólogo ético para que lleves este camino de forma responsable. Es por esta razón que no planeo darles consejos alimenticios, pero si les compartiré pronto las recetas deliciosas que llevo a mi paladar.

Me alegra inmensamente que cada vez más sean las personas que se suman a este estilo de vida, y al cuidado del medio ambiente. Sinceramente no me imagino una vida sin los animales, y tampoco me imagino una vida sin seres humanos maravillosos y de buen corazón cómo mi abuelo.

Finalmente, el mensaje que quiero hacerles llegar con esta historia que marcó mi vida, es que respetemos el proceso de cada persona. Podemos influir de manera positiva enseñando nuestras elecciones a los demás con respeto, y siendo conscientes de que esto no nos hace mejor que nadie. He conocido corazones carnívoros con mucho más amor que cualquier vegano o vegetariano, cómo, por ejemplo, una vez más, el corazón de mi abuelo Antonio.

Para mi abuelo con amor,
Y para ti, que se que estabas esperando esta carta con ilusión,
Joy 

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Annie Rojas
Annie Rojas
6 Meses Hace

Que historia tan inspiradora y amo que respetas el camino individual de cada ser humano sin tratar de imponer tu posición más que con tu coherencia compartiendo tu experiencia!

Yria
Yria
4 Años Hace

De verdad no pude evitar q lágrimas rodarán por mis mejillas, q linda historia la de tu abuelo Antonio y q orgulloso debe sentirse lo perfecto de las líneas q lo describen, mil felicitaciones por compartirla. Querida joy, mejor imposible la descripción de la importancia de los vegetales..

Monica
Monica
4 Años Hace

Bella historia mi Joy! Más que por el pollito Manuel, la dedicatoria a tu abuelo que se que está orgulloso de todo tu trabajo.
Por aquí, un corazón carnívoro con mucho amor, que poco a poco a querido hacer ese cambio.